Lección 1

El camino hacia Liquid Restaking 2.0

Este módulo presenta el concepto de liquid restaking y expone cómo Liquid Restaking 2.0 perfecciona los modelos de staking previos. Analiza la función de EigenLayer, el modo en que el restaking amplía la seguridad de Ethereum a nuevos servicios y el motivo por el que los mercados de seguridad modulares están convirtiéndose en una base esencial para las finanzas descentralizadas (DeFi). Así, los lectores adquieren una visión precisa de cómo el restaking modifica la eficiencia del capital, los incentivos para los validadores y el diseño de los protocolos en el entorno Web3.

Del staking al restaking

El restaking nació como una evolución avanzada del sistema de proof-of-stake de Ethereum, permitiendo que el ETH en staking se reutilizara como garantía para asegurar servicios adicionales fuera de la capa base de Ethereum. Inicialmente impulsado por EigenLayer, el restaking creó un marco modular donde los validadores pueden optar por prestar seguridad a middleware, capas de disponibilidad de datos, oráculos y otros servicios validados activamente (AVS). Esta arquitectura permite agrupar la confianza de Ethereum en varias redes descentralizadas, fortaleciendo la seguridad y facilitando el arranque de infraestructuras en el ecosistema blockchain modular.

En septiembre de 2022, Ethereum migró de proof-of-work a proof-of-stake a través de la Fusión. Desde entonces, los validadores bloquean ETH para participar en el consenso y custodiar la red. Aunque este ETH en staking genera recompensas del protocolo, su utilidad permanecía limitada. El restaking introdujo la posibilidad de que el ETH ya depositado en staking pudiera emplearse para proteger otras redes, sin poner en peligro la seguridad fundamental de Ethereum. El validador puede decidir ejecutar software adicional y firmar mensajes para AVS externos, obteniendo recompensas adicionales a cambio.

EigenLayer, el principal protocolo de restaking, formalizó este proceso permitiendo a los usuarios restakear su ETH nativo (delegándolo en un EigenPod) o utilizar Liquid Staking Tokens (LST) como stETH, rETH o cbETH. Esto creó un entorno programable para que servicios descentralizados aprovechasen la seguridad de Ethereum sin tener que construir desde cero su propio grupo de validadores. No obstante, en sus inicios este sistema presentaba límites de escalabilidad, carecía de un estándar para la agregación de recompensas y no contaba con slashing en tiempo real. Estas carencias impulsaron la evolución hacia un modelo más sólido: Liquid Restaking 2.0.

Por qué surgió el Liquid Restaking

Aunque el restaking amplió la utilidad del ETH en staking, imponía restricciones importantes. El restaking nativo obligaba a los usuarios a mantener su propia infraestructura de validación o depender de terceros. El staking líquido ya había solventado un reto similar, al abstraer la operativa del validador y ofrecer versiones tokenizadas del ETH en staking, que después podían usarse en DeFi.

Liquid Restaking llevó ese principio más allá. En vez de restakear manualmente stETH u otros LST en EigenLayer, protocolos como Ether.fi, Renzo, Puffer y Kelp DAO ofrecen interfaces tokenizadas que simplifican el proceso de restaking. Los usuarios depositan ETH o LST y reciben un nuevo token, denominado Liquid Restaking Token (LRT), que representa la posición restakeada. Estos LRT pueden utilizarse en DeFi, negociarse en mercados secundarios o emplearse como garantía en préstamos, aportando más liquidez y utilidad al usuario mientras aseguran AVS en segundo plano.

La propuesta de valor es doble: los usuarios pueden maximizar su rentabilidad obteniendo recompensas de staking, puntos de EigenLayer e incentivos de protocolos LRT, y el ecosistema modular de Ethereum accede a un gran fondo de seguridad distribuida sin necesidad de desplegar infraestructuras de validación a medida.

La transición a Liquid Restaking 2.0

Para mediados de 2025, las carencias del modelo inicial de liquid restaking resultaron patentes. No existía un framework estandarizado para agregar recompensas, puntos y riesgos de slashing entre los distintos LRT. El slashing de EigenLayer seguía fuera de la cadena, y cada protocolo LRT gestionaba de forma independiente su lógica de recompensas y relación con los AVS, lo que provocaba incentivos desalineados y experiencias de usuario desiguales.

Liquid Restaking 2.0 introduce cambios clave para resolver estos retos. En primer lugar, EigenLayer implementa su módulo de slashing en la blockchain, permitiendo penalizaciones automáticas ante malas prácticas y reforzando así la seguridad económica de los AVS. En segundo lugar, la arquitectura de recompensas se reforma con la creación de un mercado común de delegación y una arquitectura unificada de vaults para el restaking. Ahora los AVS pueden ofrecer recompensas, y los protocolos LRT delegar activos restakeados en estos vaults sin replicar infraestructuras, lo que resulta en una canalización de restaking más estandarizada y escalable.

También se implanta un nuevo estándar de token de recompensas, LRT² (Liquid Restaking Token Rewards), para unificar la distribución de incentivos entre varios protocolos LRT. LRT² establece un sistema modular para repartir puntos de EigenLayer, comisiones de AVS e incentivos de los protocolos LRT de forma transparente y verificable. Así, en vez de que cada LRT gestione su propia contabilidad, LRT² permite un marco común e interoperable, mejorando la transparencia y la capacidad de integración.

Además, Liquid Restaking 2.0 añade mecanismos de opt-in más detallados para validadores y stakers. En vez de participar en bloque, cada usuario elige qué AVS apoyar con sus activos, ajustando el perfil de riesgo y abriendo la puerta a tarifas diferenciadas según la reputación o demanda de cada AVS.

Seguridad modular y el papel de EigenLayer

El ecosistema Ethereum se ha vuelto cada vez más modular. Rollups, sidechains y servicios de middleware precisan seguridad independiente, pero suelen carecer del tamaño económico para establecer su propia red de validadores. El restaking ofrece la posibilidad de reutilizar el capital y los validadores en staking de Ethereum para arrancar esas redes.

EigenLayer funciona como capa de coordinación de este mercado de seguridad modular, agregando los activos restakeados y permitiendo a los AVS "alquilar" la confianza de Ethereum. Con Liquid Restaking 2.0, EigenLayer incorpora precios dinámicos, reparto de comisiones y delegación automatizada, dando a los AVS herramientas para captar seguridad y a los validadores incentivos adicionales. Este diseño modular es esencial para que Ethereum pase de ser una sola blockchain a convertirse en un motor de confianza de toda la economía descentralizada.

Implementar criterios de slashing específicos para cada AVS y herramientas de monitorización en tiempo real permite que cada AVS establezca sus propias reglas de penalización. Esta flexibilidad es necesaria para dar servicio a cientos de AVS, cada uno con distintos requerimientos para los validadores.

Cómo se abordan las críticas y el riesgo

Vitalik Buterin y otros investigadores de Ethereum han advertido sobre los riesgos sistémicos de un restaking excesivamente agresivo. Una de las principales críticas es el peligro de slashing correlacionado o sobreexposición de validadores, si unos pocos validadores hacen restaking en muchos servicios y exponen la base de Ethereum a riesgos en cascada.

Liquid Restaking 2.0 afronta estos problemas con una gestión de opt-in mejorada, aislamiento de los AVS y aplicación rigurosa del slashing. Los validadores ya no tienen incentivos para restakear indiscriminadamente en todos los AVS: ahora los rendimientos se ajustan al riesgo, existen acuerdos de nivel de servicio (SLA) transparentes y estructuras de delegación más personalizables, logrando un modelo más sólido y transparente. Además, la separación entre restakers nativos, emisores de LRT y validadores delegados proporciona una rendición de cuentas mucho más clara.

El protocolo prioriza el registro sin permisos de nuevos AVS, la gestión de comisiones y reglas de delegación automatizadas mediante smart contracts, reduciendo tanto el riesgo de centralización como los incentivos disonantes. Así, el nuevo modelo resulta más adaptable, escalable y robusto que su predecesor.

Adopción de mercado y métricas de crecimiento

A mediados de 2025, cerca de 20.000 millones de dólares en valor total se habían restakeado a través de EigenLayer, y más de la mitad de ese capital fluyó mediante protocolos de Liquid Restaking. Ether.fi y Renzo se sitúan como los mayores proveedores de LRT, cada uno con más de 2.000 millones de dólares en activos gestionados. Otros actores emergentes, como Symbiotic, amplían el modelo más allá de Ethereum permitiendo restaking sobre diferentes clases de activos y redes, incluidos activos nativos de Bitcoin y derivados de staking basados en Solana.

La base de usuarios ha evolucionado de los primeros participantes de DeFi a gestoras institucionales de activos, DAOs y equipos de rollup, todos ellos buscando beneficiarse de la seguridad compartida de Ethereum sin construir infraestructuras de staking a medida. Los sistemas de incentivos por puntos, integraciones DeFi y estrategias composables de LRT-Fi han impulsado la adopción tanto entre usuarios que buscan maximizar el rendimiento como entre proveedores de infraestructura.

Con Liquid Restaking 2.0 plenamente operativo, el mercado entra en una etapa de consolidación y especialización. Los AVS compiten por captar delegaciones, los protocolos LRT se diferencian por su estructura de recompensas y experiencia de usuario, y los restakers priorizan la composabilidad, la liquidez y la rentabilidad ajustada al riesgo.

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