Shi Yongxin ingresó al Templo Shaolin a los 16 años, cuando solo había 9 monjes en el templo, que apenas sobrevivían de la agricultura y las ofrendas de incienso. En 1982, el éxito de una película hizo que este antiguo templo, casi olvidado, volviera a la vista del público.
El perspicaz Shi Yongxin aprovechó esta oportunidad; aunque no es el fundador del kung fu ni un maestro de élite, logró una histórica vinculación mental: a nivel global, equiparó "kung fu chino" con "Shaolin". Organizó sistemáticamente los textos clásicos de artes marciales, fundó un instituto de investigación, promovió giras de actuaciones en el extranjero, autorizaciones cinematográficas y la promoción cultural exterior, transformando gradualmente el Templo Shaolin de ser un simple lugar religioso a un símbolo cultural de difusión global.
Esta mentalidad finalmente se traduce en beneficios reales: división de entradas, industria cultural, gestión de activos intangibles, licencias de propiedad intelectual, desarrollo inmobiliario, etc. Shi Yongxin no solo ha ocupado una posición cognitiva elevada, sino que también ha abierto un modelo comercial. En 40 años, ha transformado un templo en ruinas en la "entrada de precios" del kung-fu mundial.
El poder de la mentalidad colectiva radica en que, al ocupar la mente del usuario, se tiene derecho a contar historias, establecer precios y retener recuerdos. Esto tiene una profunda conexión con los proyectos de Web3.
El caso de Shi Yongxin merece atención no solo porque realiza transmisiones en vivo o habla sobre IP, sino porque ha establecido, durante varias décadas, el derecho a definir una palabra clave a nivel global. Este posicionamiento mental, resultado de un esfuerzo prolongado y continuo, tiene una importancia significativa para el desarrollo de proyectos Web3.
En el ámbito de Web3, los proyectos también necesitan establecer una posición cognitiva única, ocupando un lugar en la mente de los usuarios a través de esfuerzos continuos. Esto no solo se refiere a la identificación del proyecto, sino que también afecta directamente su espacio de desarrollo futuro y la realización de su valor. Al moldear una imagen de marca sólida y una propuesta de valor, los proyectos de Web3 pueden destacarse en un mercado altamente competitivo, ganando la confianza y el apoyo de los usuarios.
En general, el éxito de Shi Yongxin ofrece una importante lección para los proyectos Web3: en la era digital, la importancia de ocupar la mente del usuario es tan crucial como la innovación tecnológica. A través de un diseño cuidadoso y una perseverancia a largo plazo, construir una percepción de marca única se convertirá en el motor clave para el desarrollo sostenible del proyecto.
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Shi Yongxin ingresó al Templo Shaolin a los 16 años, cuando solo había 9 monjes en el templo, que apenas sobrevivían de la agricultura y las ofrendas de incienso. En 1982, el éxito de una película hizo que este antiguo templo, casi olvidado, volviera a la vista del público.
El perspicaz Shi Yongxin aprovechó esta oportunidad; aunque no es el fundador del kung fu ni un maestro de élite, logró una histórica vinculación mental: a nivel global, equiparó "kung fu chino" con "Shaolin". Organizó sistemáticamente los textos clásicos de artes marciales, fundó un instituto de investigación, promovió giras de actuaciones en el extranjero, autorizaciones cinematográficas y la promoción cultural exterior, transformando gradualmente el Templo Shaolin de ser un simple lugar religioso a un símbolo cultural de difusión global.
Esta mentalidad finalmente se traduce en beneficios reales: división de entradas, industria cultural, gestión de activos intangibles, licencias de propiedad intelectual, desarrollo inmobiliario, etc. Shi Yongxin no solo ha ocupado una posición cognitiva elevada, sino que también ha abierto un modelo comercial. En 40 años, ha transformado un templo en ruinas en la "entrada de precios" del kung-fu mundial.
El poder de la mentalidad colectiva radica en que, al ocupar la mente del usuario, se tiene derecho a contar historias, establecer precios y retener recuerdos. Esto tiene una profunda conexión con los proyectos de Web3.
El caso de Shi Yongxin merece atención no solo porque realiza transmisiones en vivo o habla sobre IP, sino porque ha establecido, durante varias décadas, el derecho a definir una palabra clave a nivel global. Este posicionamiento mental, resultado de un esfuerzo prolongado y continuo, tiene una importancia significativa para el desarrollo de proyectos Web3.
En el ámbito de Web3, los proyectos también necesitan establecer una posición cognitiva única, ocupando un lugar en la mente de los usuarios a través de esfuerzos continuos. Esto no solo se refiere a la identificación del proyecto, sino que también afecta directamente su espacio de desarrollo futuro y la realización de su valor. Al moldear una imagen de marca sólida y una propuesta de valor, los proyectos de Web3 pueden destacarse en un mercado altamente competitivo, ganando la confianza y el apoyo de los usuarios.
En general, el éxito de Shi Yongxin ofrece una importante lección para los proyectos Web3: en la era digital, la importancia de ocupar la mente del usuario es tan crucial como la innovación tecnológica. A través de un diseño cuidadoso y una perseverancia a largo plazo, construir una percepción de marca única se convertirá en el motor clave para el desarrollo sostenible del proyecto.