A medida que avanza la tecnología de la información, la moneda y los pagos sufrirán profundas transformaciones. El camino hacia una oferta total que pueda ser completamente suministrada, con unidades que pueden ser infinitamente refinadas, hacia una fase de desmaterialización, digitalización e inteligencia, es la dirección inevitable del desarrollo de la moneda. Utilizar tecnología avanzada para expandir al máximo la plataforma de liquidación de pagos y reducir el intermediario de liquidación, logrando pagos directos entre las partes receptoras y pagadoras, es la dirección inevitable del desarrollo de la liquidación de pagos.
Las monedas deben avanzar rápidamente hacia la digitalización e inteligencia.
La naturaleza esencial de la moneda es la medida de valor (unidad de cuenta), su función central es el medio de intercambio (herramienta de pago), y su manifestación fundamental es el token de valor más líquido (que necesita la mayor autoridad o el mayor respaldo o protección de crédito). Estos son los tres elementos indispensables para entender la moneda, que no cambian desde el principio (si cambian, ya no se considera moneda). Sin embargo, el soporte o forma de la moneda (como conchas, monedas acuñadas, billetes, depósitos, billeteras electrónicas, moneda digital