Todo el mundo cree que Bitcoin seguirá el gráfico Global M2 como un robotito.
Pero ya he visto esto en 2021... y no terminó bien. Vamos a mostrarte cómo la confianza ciega en un modelo perfecto costó caro la última vez.
Desde hace unas semanas, veo en todas partes el gráfico Global M2 de 10 semanas de anticipación para Bitcoin. Todo el mundo lo usa como un mapa seguro, como si garantizara el próximo gran movimiento. Tienen sentido a primera vista: cuando aumenta la liquidez global, también aumentan los activos de riesgo. Bitcoin, entre ellos. Pero vamos a quedarnos un segundo y recordemos que ya hemos estado aquí.
En 2021, Stock-to-Flow un modelo que parecía explicar perfectamente el precio de Bitcoin a través de su rareza matemática. Predicciones claras, gráficos coloridos, historias sobre 100k inevitablemente. Ojos láser. Gráficos arcoíris. 1 BTC = 1 Lambo.
En septiembre y octubre, las predicciones de Stock-to-Flow coincidieron casi perfectamente con la realidad. Los precios se alineaban con el modelo en unos pocos puntos porcentuales. PlanB se había convertido en una figura mítica.
Parecía lógico… hasta que la realidad golpeó. Bitcoin cayó, el modelo se desplomó, y la confianza ciega le costó caro a muchos.
¿Por qué? Porque los mercados se vuelven más eficientes. Cuando demasiadas personas se basan en el mismo modelo, el mercado lo absorbe, lo neutraliza y lo vuelve irrelevante. Las narrativas funcionan... hasta que dejan de funcionar.
El M2 global cuenta: la liquidez es oxígeno para los activos de riesgo. Pero la relación Bitcoin–M2 siempre ha sido elástica, no una regla fija. ¿Qué significa elástica?
La liquidez funciona como el oxígeno: puede encender el fuego, pero no garantiza qué tan rápido o qué tan fuerte arderá. Hay momentos en que la masa monetaria aumenta y Bitcoin sube explosivamente. A veces, la liquidez aumenta, pero los mercados permanecen fríos — congelados por el miedo, absorbidos por otras narrativas o afectados por choques macro. La relación se estira y se comprime, como un elástico: influye, pero no controla.
Mira... estos modelos vienen y van. Hoy todo el mundo jura por un gráfico, mañana lo olvida. Los mercados no pagan por la esperanza, pagan por la adaptación. Cuando todo el mundo grita que algo está garantizado, es el momento de ser el que hace preguntas, no el que cierra los ojos.
¿La liquidez? Sí, importa. Es el fondo sobre el cual se mueve todo. Pero nadie te promete que solo porque hay más dinero, los precios volarán instantáneamente. El mercado no funciona por deseos, funciona por la realidad.
Tu trabajo no es encontrar el modelo perfecto. No es rendirte ante el siguiente gráfico viral. Tu trabajo es ver con claridad cuando otros están ciegos. Mantenerte flexible cuando otros son rígidos. Recordar que las buenas oportunidades no vienen a quienes esperan promesas, vienen a quienes saben navegar la incertidumbre.
Al final... no necesitas predecir el futuro. Solo tienes que estar presente cuando el mundo se duerme. Ver qué importa cuando todo es ruido. Entonces encuentras lo que buscas.
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Todo el mundo cree que Bitcoin seguirá el gráfico Global M2 como un robotito.
Pero ya he visto esto en 2021... y no terminó bien.
Vamos a mostrarte cómo la confianza ciega en un modelo perfecto costó caro la última vez.
Desde hace unas semanas, veo en todas partes el gráfico Global M2 de 10 semanas de anticipación para Bitcoin. Todo el mundo lo usa como un mapa seguro, como si garantizara el próximo gran movimiento.
Tienen sentido a primera vista: cuando aumenta la liquidez global, también aumentan los activos de riesgo. Bitcoin, entre ellos.
Pero vamos a quedarnos un segundo y recordemos que ya hemos estado aquí.
En 2021, Stock-to-Flow un modelo que parecía explicar perfectamente el precio de Bitcoin a través de su rareza matemática. Predicciones claras, gráficos coloridos, historias sobre 100k inevitablemente.
Ojos láser. Gráficos arcoíris. 1 BTC = 1 Lambo.
En septiembre y octubre, las predicciones de Stock-to-Flow coincidieron casi perfectamente con la realidad. Los precios se alineaban con el modelo en unos pocos puntos porcentuales. PlanB se había convertido en una figura mítica.
Parecía lógico… hasta que la realidad golpeó. Bitcoin cayó, el modelo se desplomó, y la confianza ciega le costó caro a muchos.
¿Por qué? Porque los mercados se vuelven más eficientes.
Cuando demasiadas personas se basan en el mismo modelo, el mercado lo absorbe, lo neutraliza y lo vuelve irrelevante.
Las narrativas funcionan... hasta que dejan de funcionar.
El M2 global cuenta: la liquidez es oxígeno para los activos de riesgo.
Pero la relación Bitcoin–M2 siempre ha sido elástica, no una regla fija. ¿Qué significa elástica?
La liquidez funciona como el oxígeno: puede encender el fuego, pero no garantiza qué tan rápido o qué tan fuerte arderá.
Hay momentos en que la masa monetaria aumenta y Bitcoin sube explosivamente.
A veces, la liquidez aumenta, pero los mercados permanecen fríos — congelados por el miedo, absorbidos por otras narrativas o afectados por choques macro.
La relación se estira y se comprime, como un elástico: influye, pero no controla.
Mira... estos modelos vienen y van. Hoy todo el mundo jura por un gráfico, mañana lo olvida. Los mercados no pagan por la esperanza, pagan por la adaptación. Cuando todo el mundo grita que algo está garantizado, es el momento de ser el que hace preguntas, no el que cierra los ojos.
¿La liquidez? Sí, importa. Es el fondo sobre el cual se mueve todo. Pero nadie te promete que solo porque hay más dinero, los precios volarán instantáneamente. El mercado no funciona por deseos, funciona por la realidad.
Tu trabajo no es encontrar el modelo perfecto. No es rendirte ante el siguiente gráfico viral. Tu trabajo es ver con claridad cuando otros están ciegos. Mantenerte flexible cuando otros son rígidos. Recordar que las buenas oportunidades no vienen a quienes esperan promesas, vienen a quienes saben navegar la incertidumbre.
Al final... no necesitas predecir el futuro. Solo tienes que estar presente cuando el mundo se duerme. Ver qué importa cuando todo es ruido. Entonces encuentras lo que buscas.