Toda transacción financiera implica un componente de confianza. La confianza digital que ofrece Ethereum está permitiendo digitalizar grandes volúmenes de activos, capital y operaciones financieras, generando enormes eficiencias para el sistema financiero global y beneficiando por igual a instituciones, empresas y consumidores.
Al acercarse el décimo aniversario de Ethereum, el 30 de julio, Consensys presenta “La industrialización de la confianza”, un informe exhaustivo que expone el argumento inversor a favor de Ethereum y la nueva categoría tecnológica conocida como Trustware. Trustware constituye la infraestructura que industrializa la producción de confianza, permitiendo que esta se codifique como un activo digital. Nuestra investigación y análisis muestran cómo Ethereum se ha consolidado como la plataforma blockchain líder, sustentando más del 50% de todos los activos digitales no vinculados a Bitcoin, incluido el 60% de las stablecoins, el 60% de todo el capital movilizado en finanzas descentralizadas y el 80% de los “activos del mundo real” tokenizados, como acciones, fondos del mercado monetario y bonos.
Puedes descargar el informe completo aquí o continuar leyendo para descubrir de forma concisa las limitaciones de los modelos de confianza tradicionales, cómo Trustware y la confianza digital se han diseñado para superarlas, y la oportunidad multimillonaria que representa Ethereum.
El avance de Ethereum: confianza digital y Trustware
Trustware es la infraestructura que permite evolucionar de los modelos analógicos de confianza, como documentos y registros comprobados por personas y auditores, garantizados por aseguradoras y reguladores, hacia un concepto digital de confianza generado por algoritmos.
La humanidad, durante siglos, ha dependido de infraestructuras de confianza de diversa índole: desde los lazos tribales hasta las instituciones más relevantes, como gobiernos, aseguradoras, auditores y sistemas judiciales. Si bien estos sistemas fomentan la cooperación y el progreso económico, su coste es desproporcionado. Se calcula que, anualmente, la sociedad destina más de 9 billones (9,000,000,000,000) de dólares a gastos relacionados con la confianza: seguros (8 billones), sistemas jurídicos (más de 1 billón) y auditorías (290 000 millones). Este nivel de gasto revela un problema estructural: los modelos tradicionales de confianza no son escalables de manera eficiente en la era digital. Son sistemas analógicos: más lentos, costosos y fragmentados que la economía digital, siempre activa, cada vez más automatizada, que depende de ellos.
Trustware dota a los datos de las cualidades esenciales de la confianza —validez e inmutabilidad— recurriendo a un proceso completamente algorítmico. La validez garantiza que los datos sean consistentes y correctos, con certeza matemática. La inmutabilidad certifica que estos datos serán permanentes y sólo podrán alterarse a un coste extraordinario. Ethereum posibilita incorporar estas características a los datos de forma escalable, sin intervención humana constante, logrando una confianza con un coste marginal prácticamente nulo. De este modo, mediante su robusta red pública y avanzados algoritmos criptoeconómicos capaces de generar confianza digital, Ethereum transforma la verificación de operaciones financieras—el proceso que mayor confianza exige en todo el mundo—haciéndolo incomparablemente más rápido, seguro, eficiente y escalable.
El argumento inversor
Durante años, los inversores solo conocían ETH como “la segunda mayor criptomoneda”. Si bien es cierto, no dice mucho. Hoy descubren que ETH es el motor detrás del crecimiento exponencial de las stablecoins y otros activos tokenizados sobre los que se debate a diario en los medios especializados, e incluso que ya utilizan en su día a día. Descubren que ETH impulsa los mercados de predicción que ven en Internet y en las noticias, y que es la base de las nuevas acciones tokenizadas que lanza Robinhood. Gracias a hitos legislativos como los proyectos GENIUS y CLARITY, esta ola innovadora continuará creciendo. El protagonismo de Ethereum como plataforma fundamental para la economía global del futuro es cada vez más evidente.
Ethereum se ha construido desde el principio para desempeñar este papel. Es una plataforma sin rival en seguridad, fiabilidad y resiliencia. El décimo aniversario del bloque génesis es también celebración de una década de trayectoria imbatible, tanto en la tecnología de activos digitales como en la de activos tradicionales.
Pese a su madurez tecnológica y los importantes avances logrados en el desarrollo de infraestructuras para activos digitales, Ethereum apenas ha empezado a desplegar su verdadero potencial económico. La capitalización total del mercado cripto representa únicamente el 0,3 % de la riqueza mundial, y los valores tokenizados apenas suponen una pequeña fracción de los mercados de capitales. Sin embargo, la mejora en la claridad regulatoria, sobre todo en las principales economías como EE. UU., está acelerando la adopción, pasando de la resistencia a la integración de los activos digitales. Además, la convergencia de la inteligencia artificial (IA) y la tecnología blockchain está generando una demanda inédita de infraestructuras sin intermediarios: a medida que los agentes de IA comiencen a operar a velocidad de máquina, necesitarán confianza algorítmica. Ethereum es la única infraestructura plenamente preparada para una economía donde los algoritmos deban confiar entre sí.
Para las instituciones, poseer Ether (ETH) supone invertir en el pilar sobre el que se asentará la economía digital, a una fracción de su valor terminal. El ETH sirve para pagar transacciones en la red y actúa como reserva de valor, pero a diferencia de Bitcoin, también permite obtener rendimientos por staking, y, al igual que las acciones, aumenta su valor conforme crece la adopción de la plataforma Ethereum. Reúne características de materias primas, divisa y activo de capital en un instrumento único y atractivo. Además, como expone el informe Trustware, el papel del ETH como recurso económico que garantiza la seguridad de los activos que se emitirán y transferirán en la plataforma en los próximos años será clave en su apreciación de valor.
La máquina de confianza ya está en marcha. Opera ininterrumpidamente, se perfecciona constantemente, resguarda un valor creciente y atrae a más usuarios cada día. La verdadera cuestión no es creer en Ethereum, sino en la digitalización de la confianza. Si la respuesta es afirmativa, los argumentos para adquirir una parte de la capa base de la futura economía global son incuestionables.
Si quieres profundizar en los aspectos económicos y la metodología de valoración, te recomendamos leer el informe completo: La industrialización de la confianza.
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